martes, 30 de abril de 2013

Los últimos serán los primeros....

El niño con el que estaba trabajando además de hiperactivo, es sordo y no sabe hablar, con reciente implante coclear que le está empezando a ayudar a escuchar. Os podéis imaginar que la comunicación con él es un tanto complicada. Si añadimos otros niños en manualidades, el taller se convierte en un circo y yo ando loca perdida de un lado para otro, junto con el resto de voluntarias.

Ayer por la tarde, intentaba llamarle la atención para que termináramos su trabajo, como no me escuchaba me acerqué, me puse a su altura, le volví a llamar....seguía sin prestarme atención.
Le rocé el hombro para conseguir llamarle su atención y le llamé por su nombre. Por algún motivo, le llamé suavemente.
Me miró directamente a los ojos, le miré profundamente y en mi mente pregunté....¿quién eres?, su mirada seguía profundamente anclada en la mía, y entonces vi que una sonrisa de medio lado aparecía en su rostro.
Segundos después la magia se esfumó y se puso a correr por toda la sala.

Sé que me escuchó, y lo sé porque... tuve la sensación de estar frente a un hombre adulto, muy curtido por la vida.
Sé que me escuchó, y lo sé porque... me sonrió, como si estuviera gastándome una broma divertida.
Sé que me escuchó, y lo sé porque... nunca está quieto y en ese momento me estaba esperando sin hacer nada, solo estaba allí, esperando.
Sé que me escuchó, y lo sé porque... pude hablar con su alma y fue ella quien me contestó.
Sé que me escuchó, y lo sé porque... no es la primera vez que encuentro un alma muy evolucionada en un cuerpo con limitaciones.....
y entonces lo entendí....."los últimos serán los primeros".

No es que los últimos en este momento serán los primeros cuando abandonemos este cuerpo. Sino que, precisamente, los que en la tierra ahora son los "últimos" (por llamarlo de alguna manera) es porque así lo decidieron, pues necesitaban el tremendo aprendizaje que solo un cuerpo con limitaciones nos puede aportar.
Solo aquellos que están muy preparados puedes vivir con tantas limitaciones y sobrevivir en el intento.

Mi agradecimiento a todos aquellos seres que se ofrecen a enseñarnos cada día, bajo su propia limitación física y/o mental.
Mil gracias mi querido niño , por la complicidad que me ofreciste ayer, por esa gran prueba de amor que me diste. Tu acto renovó en mí parte de la fe que a veces pierdo y la esperanza de seguir encontrando respuestas.
Gracias.

Fina Navarro

Publicado 30 de Abril de 2013



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