domingo, 27 de diciembre de 2015

Abuelos protectores

Una compañera me preguntó: ¿ Qué es la muerte?
Yo, de pie, le contestaba que la muerte no existe. Que cuando dejamos el cuerpo físico, nuestra consciencia, nuestro cuerpo energético, nuestra esencia va a otro lugar, a otra dimensión, a la luz, a nuestro verdadero hogar...
Y mientras hablaba, detecté que otra compañera no dejaba de llorar, paseando desde el baño a la sala donde nos encontrábamos y desde la sala a otra habitación adyacente, para volver de nuevo a la sala, pañuelo en mano.
Con un leve gesto pregunté a una tercera compañera que qué le pasaba, a lo que me contestó con la mirada que no lo sabía.

Seguí con mi conversación sobre la muerte y la luz unos minutos más. Entonces me dirigí a la compañera que lloraba y le pregunté si quería que la ayudara. Ella me miró con total desconsuelo y me dijo que sí, porque no sabía lo que le pasaba.

TR Almudena. 39 años.
Abril 2015

La hice acomodarse en otra habitación y yo sentada a su lado, le pregunté
T: Cuéntame. ¿Qué está ocurriendo?
A: No lo sé (llorando) Solo sé que un sentimiento muy fuerte me vino cuando empezaste a hablar de la luz y de lo bien que se está allí. Y no puedo dejar de llorar (limpiando sus lágrimas)
T: Muy bien. Cierra los ojos y respira profundamente....eso es...muy bien.
T: Ahora yo pregunto, ¿quién está llorando?
A: Yo
T: Y quién eres tú?
A: Pues su abuela ( Ah, qué bueno! Ahí está)
T: ¿La abuela de quién?
Abuela: De mi nieta Almudena.
T: Hola. Mi nombre es Fina y, si tu lo quieres, yo puedo ayudarte.
Abuela: Buenoooo (dejando de llorar)
T: Dime, ¿a qué se debe que estés tan triste?
Abuela: Es que siento que echo de menos ese sitio del que hablabas. Como si tuviéramos que irnos allí.
T: Tuviéramos?¿ quién más hay contigo?
Abuela: Mi marido y yo.
T: ¿Él también está triste?
Abuela: Sí. Pero él hará lo que yo haga.
T: Y dime, ¿a qué se debe que estéis con vuestra nieta?
Abuela: Es que ella se quedó muy sola cuando morimos. Y nos quedamos para cuidarla.
T: Cuánto tiempo hace de ello?
Abuela: Diez años. Pero parece que ya sentimos que tenemos que irnos.
T: Eso está muy bien. Yo os puedo ayudar. ¿Os gustaría iros?
Abuela: Sí, pero ella (refiriéndose a su nieta) parece que no está muy convencida.
T: Bueno, yo voy a explicarle, porque tu nieta me escucha, que para que todos podáis seguir con vuestro camino evolutivo, ella debe de dejar que os marchéis.
Y así lo hice, sabía que se sentiría muy sola tras la partida de sus abuelos, pero realmente no la dejaban vivir su propia vida, pues estaba influenciada por la presencia de ellos en su campo vibratorio y los tres estaban en cierta medida, "atascados" en esa situación. Aunque con la mejor de las intenciones por el amor que se procesan.
Le expliqué que una vez sus abuelos estuvieran en la luz poco más de un mes, podría llamarlos si alguna vez los necesitaba, pero ya no consumirían de su energía pues al haber pasado por la luz, ellos ya tendrían restaurada la suya propia y de esta forma podrían ayudarla más fácilmente.
Almudena le costaba dejarlos partir, pero al final y por el amor que les procesaba, lo permitió.

Los abuelos hicieron una petición a Dios, pues eran creyentes, y marcharon a la luz.
En esos momentos llamé a Almudena para que me narrara lo que estaba viendo, y me dijo que sus abuelos estaban entrando en la luz, que se hacían más pequeños allí dentro, que se volvieron en un momento determinado y la saludaron con la mano en silenciosa despedida, enviándole todo su amor, hasta que desaparecieron dentro de ella.
Cuando le pregunté cómo les veía, me dijo "Felices".
Almudena lloraba, pero ahora era ella la que lloraba por la despedida, por el desapego que no se produjo diez años atrás. Sus abuelos habían partido, pero no era un adiós, sino un "hasta luego" y ellos se fueron felices.
T: ¿Cómo te sientes Almudena?
A: Triste, pero bien. Ellos ahora están mejor.
T: Sí. Has hecho lo correcto. Enhorabuena. Lo has hecho muy bien.

Y es cierto. Almudena lo hizo muy bien, pues a pesar de su reticencia les dejó partir.
Dejar partir definitivamente a los seres queridos es doloroso, pero tened siempre en cuenta que nunca decimos "adiós", sino un "hasta luego". 
Es justo sentir dolor ante la separación, es totalmente válido echar de menos a nuestros seres queridos y es absolutamente respetable y deseable llorar por ello, pero con el tiempo somos conscientes de que cada cual lleva su camino evolutivo y debemos respetarlo.

Es curioso que de entre todos los abuelos que me he encontrado haya quienes no eran conscientes de su muerte, otros que no querían irse por aferrarse un poco más a las cosas de este plano, otros que "creían" que sus nietos y nietas les necesitaban, y otros que no se iban porque sus familiares les necesitaban a pesar de ser conscientes de su propia muerte y de que deberían ir a otro plano de existencia, a nuestro verdadero hogar.
Las razones son tan amplias como podamos imaginar, pero antes o después, se deberá producir el despego y tras marchar a la luz, todo estará bien para todos nosotros.

He de decir que días más tarde, Almudena no recordaba apenas lo que ocurrió en esa sesión, pues como a muchos de nosotros, su mente consciente no la dejaba recordar todo lo acontecido. Sin embargo, poco a poco, tras ir normalizando que no solo existe lo que vemos con los ojos, ella fue teniendo trazas de lo ocurrido, hasta hacerse una idea de ello.
Sea como fuere, su mente se ha abierto a esta otra realidad y a un mayor desarrollo espiritual.
Quizás sus abuelos influyeron es ello, pues todo, incluido la presencia de almas desencarnadas con nosotros, todo, todo forma parte de un plan aún mayor, que apenas somos capaces de percibir.
Para mí fue un placer trabajar con ellos y desde aquí os doy las Gracias por ello.

Fina Navarro
04/12/2015