viernes, 4 de marzo de 2016

Nada es lo que parece

Esa tarde venía una amiga de una amiga a darse un masaje Reiki de media hora y equilibrar chakras otra media hora.
Acababa de pasar por un aborto espontáneo, algo por lo que nunca imagió que ella pudiera pasar. Pero como bien dicen, lo que no nos mata nos hace más fuertes.
Y la vida es eso, fortalecernos a cada paso.
Lo que yo misma ni imaginaba fue el curso que tomó la tarde...

TR Melinda. 35 años.
26/02/2016

Ese día realmente no me encontraba en mi mejor momento. Sentía que no tenía muchas fuerzas, sin embargo, no estaba particularmente peor que otras veces, así que decidí hacer la terapia.

Melinda llegó puntual y pasó enseguida a la camilla.
Me dijo que solía sentir como "cogía la energía negativa" de la gente y la cargaba a sus espaldas.
A pesar de ello y tras mi experiencia como terapeuta, opto por ver como se desarrolla la sesión sin juzgar a priori qué se esconde detrás de esa expresión.
Cuando practico Reiki mi alma siempre está en paz y me encuentro bien, sin embargo esa tarde seguía muy cansada. Tal fue así, que pasada la primera media hora y ya cuando estaba cerrando la sesión, de pronto sentí un sudor frío que me recorría el cuerpo, un tremendo mareo, parecía como si mi sangre se negara a llegar a la cabeza.
Tal fue así que tuve que suspender la sesión y acostarme.

Y allí estábamos, yo acostada en mi cama y Melinda sentada a los pies, con mucha preocupación.
Cuánto menos, la situación es para echarse unas risas. Por lo menos, así lo hice yo.
La tranquilicé y le dije que se me pasaría enseguida.
Y mientras empezamos a hablar...

Hablamos de su bebé que acababa de perder. Le comenté que a veces, cuando iniciamos el proceso de encarnación, nos entra el miedo y nos vamos muy pronto y el resultado de ello, en algunas ocasiones es lo que se llama "huevo vacío". O sencillamente porque bien la mamá, bien el alma que va a encarnar o bien ambos, no están preparados.
Conforme iba hablando, me daba cuenta de que Melinda entendía perfectamente de lo que estaba hablando. Ella me comentaba la experiencia que acababa de vivir desde su punto de vista.
Su preocupación por el trabajo. Que ella quería ser madre. Que no quería que el estrés del trabajo afectara a su futuro bebé.

Y seguimos hablando...
Hablamos de la luz. De las personas que se quedan atrapadas en la confusión cuando mueren, porque no entienden qué les está pasando. Hablamos de volver al hogar para encontrar la libertad y seguir con nuestro propio camino evolutivo.
Entonces le pregunté sobre eso que ella llamaba "energía negativa" y le dije si quería saber exactamente qué es lo que era...y dijo que sí.

Me incorporé y me puse en posición de loto, ella se recostó sobre la cama dejando los pies colgando.
T: Muy bien Melinda. Cierra los ojos. Eso es. Respira profundamente. Muy bien...
T: Ahora quiero que mires a tu alrededor y me digas qué ves.
M: Veo una sombra aquí detrás (señalando sobre sus hombros) y me pesa. Es como si llevara un peso sobre mis espaldas. Como si estuviera enganchada a mi espalda.
T: Fíjate bien. Yo voy a contar hasta tres y al llegar a tres, tendrás a esa sombra delante de ti. Y ahí como estás con los ojos cerrados podrás verla mejor. 1, 2...3. ¿La ves?
M: Sí.
T: Quiero que te fijes bien en su cara.
Melinda dudaba, noté como que no quería ver lo que estaba viendo.
T: Quiero que te fijes en sus ojos y me digas a quién te recuerdan.
M: Es mi expareja de hace 9 años. Pero no puede ser porque él está vivo. (Melinda estaba muy confundida con ese hecho)
T: No importa. Ya te explicaré más tarde qué significa esto. Ahora quiero que le preguntes, qué hace ahí contigo.
M: Quiere que le perdone.
T: Ah, perfecto. ¿A qué se debe que quiera tu perdón?
M: Porque me hizo daño.
T: Y tú ¿deseas perdonarle desde lo más profundo de tu corazón?
M: Yo ya le perdoné...
T: ¿Entonces???
M: Bueno, quizás no le perdoné del todo. Pero ahora sí quiero perdonarle. Ahora entiendo más.

Melinda le perdonó desde lo más profundo de su corazón. También recogió la energía que su expareja le robó cuando le hizo daño en el pasado.

T: Fíjate bien ahora en su cara. ¿ Cómo está?
M: Feliz. Sonríe.
T: Pues dile que ya puede ir a reunirse con el resto de su ser, de su energía.
Y se fue.

Pero aquí no acaba todo.
T: Fíjate bien. Mira otra vez a tu alrededor y dime si hay alguna otra energía ahí.
M: Es mi abuelo y mi abuela, espera, no es mi abuela, es mi tía. Pero ya se van a la luz. Los veo allí.
En esos momentos Melinda empezó a llorar, a sacar el dolor de la despedida.
T: Eso es, saca eso fuera. Muy bien. Aprovecha este momento para decirles lo que necesites.
M: Que les quiero mucho ( Es fantástico decir lo que sentimos al despedirnos de nuestros seres queridos)

Y se fueron.
Eligió el rayo de luz Azul para sanar y envolverse. Se armonizó con los toques del armonizador y regresó a su conciencia física actual, bajo mi guía.

Qué bueno!
Ahí estaban lo que ella llamaba "energías negativas".
Sin ella saberlo, Melinda acababa de trabajar en regresión o lo que es lo mismo, en un Estado de Conciencia Ampliada que le permitió ver más allá de lo que nos muestran nuestros ojos humanos, pero que a pesar de no ver, de alguna forma, sí intuimos porque nuestra alma sí sabe y sí "ve".

Y seguimos hablando...
Me comentó que durante el proceso de aborto había llamado a sus abuelos para que la ayudaran y le dieran fuerzas, y ¿qué pasó?, que como su abuelo no había pasado por la luz se quedó con ella. Y su tía, que hacía poco más de un mes que había fallecido y estaba un tanto confundida, pues tambíén se quedó con ella.
Aunque es cierto que solo necesitaron oirnos hablar de la luz para buscarla e irse juntos a nuestro hogar.

Pero, qué pasa con su expareja??
¿Cómo es posible que una persona que está "viva" pueda estar tambíén con otra persona?
Muy sencillo.
Somos Energía, y como tal, podemos "segregarnos" y seguir funcionando, pues una parte del todo es también el todo.
El problema es que la persona que pierde esos cachitos de su energía se siente muy cansado, como si le faltara algo.
Y en casos como el de Melinda y su expareja también se ve afectada ella, porque ese trocito de energía de él actúa como si fuera un alma perdida en este plano, que está, de alguna forma, haciéndose una carga para la persona con la que permanece, pues interfiere en su campo vibratorio y absorbe parte de su energía.

Qué pasó con la expareja de Melinda?
Pues que se sentía culpable y necesitaba el perdón de ella. Y, en algún momento de esos nueve años, una parte de la energía de él se fue con ella para ver si podía encontrar el perdón que no fue capaz de pedirle cara a cara.
Y lo más bonito de todo, es que con este trabajo se ha puesto en marcha una energía que va a equilibrar tanto a Melinda como a su expareja. Ambos recobran su propia energía, y además se liberan de la pesada carga de la falta de perdón y la culpabilidad.

Enhorabuena Melinda!
Qué gran trabajo has hecho. Me alegro mucho.
Gracias por compartirlo conmigo.

Pero, esperen un momento,...¿qué hay de mí?...¿mis mareos y esas cosas??...
Pues... que al día siguiente me encontraba muy bien. Salí a pasear y recorrí entre 3 y 4 Kms.
¿Entonces???...
¿Casualidad? Rotundamente no.
¿Interferencia de esas energías sobre mí para llamarme la atención? Es posible.

Sea como fuere, si las cosas no hubieran ocurrido así, Melinda se habría marchado sin solucionar aquello que su alma había venido a solucionar, aunque...ni ella ni yo misma lo supiéramos.
A veces...Nada es lo que parece.

Fina Navarro
27/02/2016
viajerosdeluz@gmail.com
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