jueves, 12 de mayo de 2016

¿Dónde están mis padres?

Idalia ya había visto como funcionaba una terapia regresiva hacía poco más de un mes y pensó que quizás se viera en una vida anterior conviviendo con cebras, pues es un animal que le encanta.
Sin embargo, su alma tenía otros planes para ella...

Idalia
4 de Septiembre de 2015

¿Es que no tengo padres?
Así comenzó su terapia.

T: ¿Cómo es eso?
I: Siempre estoy sola. Siento tristeza. Mis padres no eran felices el uno con el otro. Nadie me hacía caso. Nunca tenía juguetes. Me daban lo roto y viejo. El día de mi comunión estaba sola. Me conformo, como siempre ( ¡Ojo! Mandato)

Y así empezó cada vez más a profundizar en esas emociones, mientras pasaban los años...

I: Mi padre no lo hizo bien. Yo no me merecía todo lo que me hacía. Me echaba a la calle. Me llamaba de todo. Dormía vestida en el sofá porque él podía venir en cualquier momento y echarme a la calle. Me llamaba "puta". Me decía "te voy a matar, vete de esta casa".

De pronto comienza a hablar en presente...

I: Me pega en la cara y yo tengo que decir que me he caído por las escaleras. Mi madre nunca le planta cara, nunca me defiende. Yo quería que se muriera. Tengo miedo a los gritos de mi padre.
Una noche me despertó borracho y como le planté cara me echó a la calle, me refugié entre dos coches y después me fui a un parque a pasar las horas hasta que amaneciera. Lo que más recuerdo fue el frío que pasé. Hacía mucho frío pues no pude coger nada de abrigo antes de salir corriendo.

Y siguió el paso del tiempo, hasta que conoció a un hombre...

I: El hombre equivocado. Me fui con el hombre equivocado. Bebía (repite patrón). Cometí un error. Recibí malos tratos, violaciones, aberraciones, pasé hambre y miedo, miedo a que mi marido llegara a casa.

Y continuó...

I: No solo me maltrató mi marido, sino también mi suegra. Ella le incentivaba a que me pegara.
Me había equivocado pero no podía volver a mi casa.
El día de mi boda fue muy amargo. No me dejaron llevar ramo de novia. Y mi padre me dijo: "Te tengo que amargar el día de tu boda"

Y continuó...

I: Mi padre está en la cama del hospital. Yo me quedé dos días con él. Me senté a esperar a que se muriera. No sentía nada. Me tiré dos días esperando que mi padre me pidiera perdón.
Entonces me fui a casa a ducharme y cambiarme. Me fui a las 2,20 h de la tarde ( con rabia en sus palabras) y se murió diez minutos después.
I: ¡Maldito hijo de puta! (relato textualmente). Hasta última hora me la has jugado.

Le pregunté si quería ver qué pasó en el momento de la muerte de su padre y me dijo que sí. Y allí fue.
Vio a sus abuelos que venían a recoger a su padre. Habló con su padre, pero éste no le pidió perdón. Y se fue. Le extrañó que se fueran a la luz porque ella pensaba que su padre iría a la oscuridad.

T: De toda esta experiencia, ¿cuál ha sido para ti el momento más traumático?
I: Cuando mi padre no me esperó para morir.
T: Y en ese momento, ¿cuáles son tus reacciones físicas?
I: Rabia, porque creía que en el último momento me pediría perdón aunque solo fuese con la mirada. No sentí su muerte.
T: Y en ese momento, ¿cuales son tus reacciones emocionales?
I: Ninguna, como si no fuera conmigo. Solo siento rabia.
T: Y en ese momento, ¿cuales son tus reacciones mentales?
I: Lo maldije por no haberme esperado para morirse.

T: Y todo esto, (repito sus reacciones), ¿qué te hace hacer en tu vida como Idalia?
I: Me hace sentir mal. Pero no tengo la suficiente fuerza como para perdonarlo.
T: ¿Y qué te impide hacer?
I: Me conformé y me acostumbré a que me trataran mal. Todo vino rodado.

A lo largo de su vida se sintió vapuleada por su padre, no defendida por su madre, maltratada por su marido, dilapidada por su suegra, vuelta a ser maltratada por sus hijos y abandonada por su amiga. Ha permitido siempre que otras personas, sobre todo hombres, la traten como basura, pues es lo que ella exporta a los demás, es como se siente.
Pero, ¿ a qué se debe todo esto? ¿ Dónde está el origen de esta vida tan difícil? ¿ Cuál es el aprendizaje que tiene que sacar de todo esto?
Eso lo debe de ir descubriendo ella y el primer paso es el perdón.

Con el tiempo sacó fuerzas para separarse.
I: Otra vez sola.
T: Y eso de "otra vez sola", ¿como te está afectando en tu vida como Idalia?
I: Me cuesta mucho convencerme de que realmente valgo, me cuesta mucho sentirme valiosa. No me permito ser feliz. Trabajo en exceso. Necesito forzarme al máximo para que las personas me quieran. Compro el amor y el aprecio con el trabajo, haciendo cosas por los demás.

T: ¿ Qué tendrías que hacer para superar definitivamente todo esto?
I: Partir de cero. Tendría que perdonar para poder ser feliz. Perdonar a todos.

Sin embargo, no lo hizo, no perdonó y decidió que la terapia no había funcionado porque no consiguió que su padre le pidiera perdón antes de morir, ni después, cuando pudo hablar con su alma en el transcurso de la sesión.

Pero, ¿cómo esperamos que los demás nos pidan perdón, si nosotros no somos capaces de perdonar?
Demos la vuelta a la tortilla, perdonemos antes de que nos pidan perdón. Solo así los demás sabrán que merecerá la pena el esfuerzo de sentir y pedir perdón. Es el ejemplo lo que muestra el camino a los demás. Hagámoslo entonces, demos ejemplo.

Querida Idalia, con todo mi amor deseo que seas capaz de cumplir tus propias palabras "Perdonar para poder ser feliz", pues en el perdón verdadero está la recompensa y la liberación de nuestra alma.
Quizás, después de todo, sea eso a lo que viniste...a aprender a perdonar.

Vales mucho como persona, te lo he dicho muchas veces y hoy, a través de estas letras, te lo vuelvo a recordar.
El valor de cada uno no se mide por lo que los demás piensen, sino por lo que seamos capaces de hacer por los demás pero también por nosotros mismos, Idalia.
Ámate profundamente, pues solo así los demás te amarán.
Perdona para que los demás aprendan a pedir perdón.
Pide perdón para que los demás puedan perdonar.
Y solo así podrás liberar tu corazón de tan pesada carga.

Con todo mi amor y respeto por ti.

Fina Navarro
11 de Mayo de 2016
viajerosdeluz@gmail.com
viajerosdeluz.blogspot.com.es

Unos días después de leer estas líneas, Idalia me decía así:
" He leído lo que has escrito de mí y me gusta. 
Gracias por tus palabras y tus consejos para ser feliz, pero aún sigo estancada en ese resentimiento.
Espero algún día poder librarme de ésto."
Lo cierto es que solo le ofrecí sus propias palabras pues el secreto de su felicidad lo descubrió ella misma en regresión y yo me limité a transcribirlas.

Idalia ya has dado un gran paso. Has expresado en voz alta el deseo de librarte de todo eso y el Universo siempre escucha.
Ánimo guapa. Estoy convencida de que lo conseguirás.