En nuestra sociedad no es fácil vivir relajado, lo que nos lleva de forma habitual no a respirar sino a hiperventilar, con los consiguientes problemas que eso trae consigo.
Por otro lado, nuestra mente es incapaz de mantenerse callada ni un solo segundo, ni aún estando dormidos con, y me repito, los consiguientes problemas que eso nos genera. Nuestra mente es un gran ordenador que trabaja día y noche, las veinte y cuatro horas del día los 365 días del año, año tras año. Si mantuviéramos un ordenador encendido a ese ritmo llegaría un momento en que se recalentaría de tal forma que se quemaría o como mínimo dejaría de funcionar correctamente....
Pues bien, con la respiración abdominal y la concentración de nuestra mente en esa respiración conseguimos dos resultados increíbles:
-primero, respirar profundamente con lo que oxigenamos todas las células de nuestro cuerpo que como consecuencia de esa "hiperventilación" que llamamos respiración, han estado sobreviviendo como pueden, y
-segundo, al concentrar nuestra mente en la respiración, aunque solo sea unos segundos, estamos reiniciando ese "ordenador" que tenemos en la cabeza....y por unos segundos, no hemos pensado en nada, ni en los niños, ni en el jefe, ni en la hipoteca, ni en la comida, ni en lo que me han dicho que me ofendió,....absolutamente en nada y os aseguro que es un gustazo.
Si mantenemos la dinámica de respirar profundamente dos veces al levantarnos y dos veces al acostarnos con los ojos cerrados y centrando la mente en el aire que entra y sale, entra y sale, nuestra vida mejorará notablemente. Os lo aseguro. Probadlo.
Un gran abrazo de energía.
Fina Navarro
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