viernes, 3 de octubre de 2014

Errores

Cuántos de nosotros hemos cometido errores, uno o veinte y uno?,
Cuántos de nosotros hemos cometido errores, en ésta o en tantas vidas?,
Decidme, ¿ cuántos de nosotros hemos cometido errores?,
y lo peor, ¿ cuántos errores nos quedan aún por cometer antes de aprender?...

Esta ha sido una semana de aprendizaje muy especial, pues me han hecho un regalo por mi cumpleaños.
Me han puesto de manifiesto un error que cometí hace unos meses y yo ni siquiera sabía que lo había hecho.

Tras la reacción normal en un humano cuando descubre su propio error, comentarlo a mi superior y asumir toda la responsabilidad, decidí sentarme a meditar el motivo de esto, tan poco usual en mí y de que me enterara precisamente el mismo día de mi cumpleaños.

Así pues y con toda la presión en mi pecho, cerré los ojos y pedí ayuda para encontrar respuestas.

Y me las dieron, vaya que sí!! Y esta es la historia:

" Hace miles de años, en otro planeta, en otro tiempo, entre mis vidas pasadas... tuve una en la que cometí un gran error. Ese error llevó a la pérdida de forma indirecta de vidas.
Mi culpabilidad y dolor por esas vidas fue tal, que en el proceso de arreglar el "entuerto", no puse empeño alguno en salvar mi propia vida...y me dejé morir.
Quizás pensé que era un castigo justo por mi prepotencia. Sea como fuere, imaginé que allí acabaría todo, pero no fue así"

La realidad es que nos traemos las emociones no resueltas a esta vida y, en cualquier momento, un recuerdo, una escena o una vivencia, saca de nuestro interior aquello que dejamos sin resolver en cualquiera de nuestros pasados.

Aquella tarde de mi cumpleaños me mostraron que en aquella vida tan lejana, debería
haber arreglado lo que se pudiera arreglar,
aprender la lección para que no se volviera a repetir y
compensar las pérdidas haciendo todo el bien que pudiera hacer,
hasta que mi alma abandonara mi cuerpo al final de aquella vida...en paz y con una gran lección aprendida.

Y como no fue así..., el día de mi cumpleaños en esta vida,  me regalaron esa gran lección, descubriendo un error sin importancia pero que, para mí, se convirtió en trascendental, al aflorar mi culpabilidad no resuelta de una vida anterior.

Ahora me queda el proceso del perdón a mí misma y en ello estoy.
Sigo trabajando en mi interior.

Gracias, maestros, por ese gran regalo.

29/09/2014
Fina