A lo largo de la vida te has planteado alguna vez si eres buena o mala persona?
Seguramente que has dado por sentado que eras buena, pero ¿has profundizado en esos sentimientos?
Yo pienso que el 99,9 por ciento de la humanidad tiene buenos sentimientos, solo que a veces se nos olvidan.
También pienso que todos hemos hecho o pensado algo, alguna vez en nuestra vida, de lo que no nos sentimos orgullosos o nos arrepentimos.
Cuando era adolescente pegaron a mi novio, le amenazaron de muerte, me amenazaron a mí de rapto y violación, tenía 17 años y era ignorante en el conocimiento de lo que realmente somos. Tenía miedo.
Denunciamos al hombre en cuestión. La Guardia Civil nos dijo que estaba en búsqueda y captura por asesinato. Tenía miedo. Lo detuvieron y nos llamaron a juicio. Se escapó. Tenía miedo.
Tenía tanto miedo que deseé que muriera.
La víspera del juicio nos llamó la policía. Ese hombre había muerto en un tiroteo con las fuerzas del orden.
Entonces mi sensación de alivio fue tal, que solo pude sentir alegría por liberarme del miedo o eso creía yo. Y aquello solo quedó en una anécdota en mi mente, pero ¿ y en mi corazón?.
Treinta años después, el comentario inocente de un niño afloró a la superficie aquellos sentimientos de cuando era adolescente. Había deseado la muerte de una persona y esa persona había muerto.
Qué dolor!! El sentimiento de culpa me aplastó como una losa de cien kilos en pleno corazón.
Utilicé la meditación para intentar "entenderme", para confesarme.....y para pedir perdón desde lo más profundo de mi corazón. Pero con la duda de que, ¿ qué pasaría si alguien hiciera daño a alguien de mi familia? ¿ Volvería a desearle mal?
Pedí perdón, una y otra vez, y otra vez más. Las lágrimas salían desde el centro mismo de mi ser....por él, por mí, por lo difícil que es "entender" desde esta dimensión en la que nos movemos como humanos.
Sufría, me encogía en mi dolor....y en ese momento, escuché en mi mente...." yo te he perdonado, ¿ por qué no te perdonas tú?"
Le vi, como yo veo en estado expandido de conciencia y le escuché. Hablamos.
Me dijo que allí el tiempo no es como aquí. Me dijo que estaba preparándose para volver a encarnar.
Me dijo que su próxima vida sería difícil. Me dijo que iría a parar a un centro de acogida de niños, y ....que allí nos encontraríamos. Me dijo que le reconocería por el nombre "Rafael" y que algo nos conectaría entonces. Me dijo que yo sabría que era él.
Me pidió que le diera mucho cariño cuando llegara el momento.
Y le dije que sí, claro. Y le dí las gracias, muchas veces, porque realmente era así como me sentía, agradecida y feliz.
Agradecida y feliz, por poder confesarme a mí misma.
Agradecida y feliz, pues me perdonó y yo me perdoné.
Agradecida y feliz, porque somos mucho más de lo que realmente creemos.
Agradecida y feliz, porque pude respirar profundamente.
Agradecida y feliz, por esta gran oportunidad de "entenderme".
Treinta años después....gracias por liberarme.
FNB
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