Realmente, y obviando cualquier técnica, todos somos capaces de meditar. La clave está en observar nuestros pensamientos, en no implicarnos en lo que nos muesta nuestra mente sino en dejar que los pensamientos pasen de largo, y me preguntaréis ...¿ésto cómo se hace?
Pues de muy diversas maneras, tantas como os podáis encontrar. Solo que, seguramente al principio y al igual que a mí, solo os sirvan unas pocas. Yo os voy a mostrar el camino.
El proceso para llegar a la meditación es: respiración-relajación-contemplación-meditación.
Si habéis leído mis tres entradas anteriores "como respiramos", "como nos relajamos" y "la contemplación", el último paso "meditación" es sencillo.
Os cuento el truco:
Nos retiramos a un lugar tranquilo y nos ponemos en una posición cómoda, cerramos los ojos, respiramos, relajamos nuestro cuerpo, iniciamos una contemplación mental y por último fijamos nuestra atención en el tercer ojo, como si visualizáramos una luz que nos tocara la frente. Y ya habremos iniciado el proceso de meditación.
Al principio lograremos dejar nuestra mente "en blanco" solo unos segundos, no os preocupéis ...no importa pues ya sabremos como "entrar" en ese estado. Seguramente al cabo de esos segundos cualquier pensamiento nos sacará de esa paz, lo que deberemos de hacer es escucharlo y dejarlo pasar, observad el pensamiento e inmediatamente desaparecerá y nos dejará otros segundos de hermosa paz.
Es la práctica la que nos llevará a que, poco a poco, logremos meditar más y más tiempo. No importa si son unos segundos o logramos estar horas, lo importante es que sabemos como hacerlo y.... la paz interior que logramos con ello nos revitalizará de tal forma que encontraremos soluciones a cualquier problema que se nos plantee en la vida.
Os animo a probarlo y recordad: práctica, práctica y práctica, pues como decía Buda, ese es el truco.
Como siempre un enorme abrazo de luz.
Fina Navarro
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