miércoles, 20 de abril de 2016

El Desapego

Quién no ha oído, o ha dicho alguna vez..."esa es su lección de desapego", pero...¿realmente entendemos la profundidad de lo que estamos diciendo?

Cuando dejamos una casa, cuando perdemos nuestra fortuna, cuando nos roban, cuando nos separamos de nuestra pareja, cuando cambiamos de trabajo, cuando cambiamos de ciudad, cuando nuestros hijos crecen y se marchan del hogar, cuando nuestros padres mueren o los amigos se alejan,...y así tantos y tantos ejemplos.
Son lecciones que aprendemos y repasamos en cada vida, pero la más traumática es cuando perdemos a nuestros seres queridos y ¿para qué?

Pues para aprender a "dejar ir" y "a seguir nuestro propio camino" aunque sea terriblemente doloroso.

En los mensajes de vidas pasadas que publica el Dr. Jose Luis Cabouli obtenidos de las experiencias de sus pacientes, hay una en particular que dice:

"Desapego es poder contactarme con cada ser humano, dar lo mejor de mí y seguir mi camino.
Es la compañía adecuada, en el momento adecuado, hasta que se vuelva a partir.
Así permito que también el otro(a) pueda partir cuando tenga que hacerlo sin aferrarme a nada ni a nadie."

Y precisamente leyendo esta carta entendí que "Dejar ir" y "Dejarnos ir" es la única manera de evolucionar.

Imagínense que nunca saliéramos de la casa donde nos criaron nuestros padres, o que nunca nos cambiáramos de vestido, o que nunca saliéramos a la calle, o que no tuviéramos que dejar la Escuela para ir al Instituto y de allí a la Universidad...¿Qué sería del mundo entonces?
¿Qué pasaría si no fuéramos capaces de dejar a nuestros padres para encontrar nuestra pareja con la que tener hijos?

Ahora imagínense estas preguntas a gran escala y de forma universal, como seres que somos y que deseamos tener diferentes experiencias, como seres en continuo estado evolutivo y de aprendizaje.
¿Cómo podría aprender si yo no sé "dejar ir" o no permito "dejarme ir"??

¿Pero cómo entender lo más duro?, ¿cómo dejar marchar a un ser querido cuando nuestra mente y nuestra pena nos bombardean con preguntas, ¿por qué a mí? ¿por qué él? ¿por que ella? ¿qué hemos hecho nosotros para merecer esto?...y, encima, cuando alguien te dice "es para aprender el desapego", le darías de golpes...sí.
Sin embargo, llega un día en que lo entendemos, con el tiempo, con el estudio, con la interiorización, con el despertar.

Y, ¿ por qué hay gente que lo lleva mejor y otros peor?...
La clave de todo está en el "entendimiento" y para llegar a él, se necesita tiempo y haberlo pasado ya, en ésta o en otras experiencias de vida, hasta lograr entenderlo.

Doler, duele, sí...profundamente, tanto que quieres partir con el que partió, sin embargo la vida tiene otros planes para los que nos quedamos y es aprender a "Dejar ir" y a "Dejarnos ir".

Dejar ir es darle la libertad a quien ha decidido marchar para continuar su propio camino evolutivo, para seguir teniendo experiencias y seguir aprendiendo. "Dejar ir" es Amar profundamente a quien se va.
Dejarse ir, es darnos la oportunidad de hacer lo mismo que el que se va, sea en éste u otro plano de existencia. Es darnos la oportunidad de encontrar nuevas esperanzas, nuevas experiencias, de hacer nuevos proyectos, de regalarnos nuevos amores. Es darnos la oportunidad de crecer y evolucionar a través de la experiencia. "Dejarse ir" es amarnos profundamente.

Hace poco le preguntaba a un paciente en regresión "Qué estás aprendiendo con esta experiencia tan dura?". Y él me contestaba con calma, con entendimiento tras 5 años de haber perdido a su mujer, "Aprendo el desapego, aprendo el Amor Incondicional, a sentirme más seguro de mí mismo", pues también utilizaba su relación con ella para sentir esa seguridad que en soledad nos falta a veces, ahora estaba aprendiendo a confiar en sí mismo.

Vivimos en una dimensión donde no recordamos lo que realmente somos y sufrimos mucho, sí, tanto es así que ¿quién no ha oído la expresión "nacemos para sufrir"?, y a pesar de que a veces yo he pensado así, hace tiempo que expreso mi rotundo NO.
No venimos para sufrir, aunque lo hagamos, venimos para SENTIR, pues somos energía y es el aprendizaje de ese sentir lo que nos vamos a llevar cuando dejemos nuestro cuerpo y volvamos a "nuestro hogar", a la Luz de la cual vinimos.

Fina Navarro
20 de Abril de 2016
viajerosdeluz@gmail.com
viajerosdeluz.blogspot.com.es

lunes, 11 de abril de 2016

Pan y Naranjas

Nuestra mente nos protege del dolor, a veces tanto...que nos daña

Nadine. 28 años

Nada más entrar en la sala de terapias Nadine dijo, "ufff, yo tuve un embarazo muy traumático".
Y yo pensé "¡qué sabia es nuestra alma!!", sin embargo ella nunca había estado embarazada y nunca había tenido un bebé.
Caterina, la mujer que la acompañaba la corrigió y le dijo, "querrás decir un parto traumático", Nadine la miró y dijo "sí, claro,....quería decir un parto traumático".
Yo me limité a apuntarlo, pero pensando que quizás se refería a su propia gestación, cuando ella era un bebé. Así que lo tuve en cuenta al iniciar la sesión, pero su alma necesitaba hacer consciente otra vida, por lo que no fue hasta 8 meses después, en su segunda terapia regresiva, cuando por fin supimos qué quería decirnos su alma.

Cuando le pregunté por su infancia, me dijo que había sido muy feliz, a pesar de que tanto su madre como su padre tuvieron problemas con el alcohol.
Se separaron cuando ella tenía unos 9 años y la custodia la consiguió el padre.
Pronto el padre estableció una relación con otra mujer, Caterina, con la que Nadine tiene una relación muy especial de enseñanza, amor y respeto mutuo.
Catorce años después esta mujer, se separó de él. Y durante ese tiempo, fue Caterina la que se encargó de que el alcoholismo de su padre no salpicara más allá de lo necesario a su hija. Se encargó de protegerla y cuidarla como si fuese hija propia.
Mientras, Nadine crecía entre una madre que intentaba darle todo lo que podía aún en la distancia, una tía paterna que al no tener hijos propios volcó todo su amor hacia su sobrina y la mujer de su padre, Caterina, que durante un tiempo no supo muy bien qué papel jugar, y todas ellas, a su manera, la protegían o... intentaban hacerlo.

Lo cierto es que ocultar la verdad, el no hablar de las emociones y de los sentimientos que nos provocan las acciones de los que nos rodean, puede hacer más daño que bien.
Es bueno reir, sí, pero si algo nos hace daño, es igualmente bueno llorarlo y después sonreir.
Es necesario ser positiva en la vida, sí, pero es igualmente necesario mirarla de frente y sentir cada momento con la conciencia bien despierta, por doloroso que sea.

Durante la historia clínica, habló de que sus abuelos maternos hicieron sufrir a su madre. De que la incitaron a abortar de ella, cosa a lo que su madre se negó.
E incluso recordaba como su abuela le dijo un día: "Ojalá tú no tengas hijos", "así no sufrirás lo que ha sufrido tu madre"...¿mandato o maldición???
¡Qué gran poder tienen las palabras!! para bien o para mal. Aunque todo con el último objetivo de aprender, pues respondemos a un plan que nosotros mismos hemos programado a tal fin.
Sea como fuere, se tiene que anular y se anuló, pues unas pocas palabras dichas con la energía suficiente pueden convertirse en una realidad en la vida de las personas que las reciben.

Las historias entrecruzadas que se presentan en terapia son muy muy frecuentes y la mayoría de veces complejas, inclusive con los acompañantes de los pacientes. Y este fue uno de esos casos.

Nadine vino porque se sentía mal en su trabajo, no lograba sentirse valorada y escuchada, y le provocaba mucho estrés y preocupación. Y aunque había otra historia de fondo con un hombre llamado Dédalo, no era eso lo que de forma consciente quería tratar...sin embargo, el alma es muy sabia.

Pan
26 de Julio de 2015

Ya llevaba un rato trabajando cuando...
N: Estoy en lo alto de una colina. Voy descalza, vestida de marrón, es de día y rondaré los treinta y tantos.
Veo una iglesia grande de la edad media. Este es mi sitio de relajarme.
T: ¿Y a qué se debe que vengas a este sitio a relajarte?.
N: Pues me dedico a hacer pan. Soy la que dirijo el "cotarro". Aquí, en la colina, hay tranquilidad y me enseña a tener paciencia. Les explico las cosas a mis empleados, tengo cuatro trabajadores.
No les grito, hablo con ellos, les animo a hacer las cosas bien, siempre sonrío con tranquilidad. Y en este lugar me trabajo, trabajo mi interior para ser buena jefa (fíjense como su alma le indica un truco para actuar en la vida actual: trabajar su interior para superar los problemas del trabajo)
T: Sigue
N: Tengo un hijo de 7 años ( que resultó ser Dédalo de esta vida) y un marido que no trabaja.
T: Y como te afecta eso?
N: Yo llevo el peso de la familia, el negocio, el niño...Yo trabajo pero no me importa

Y mientras Nadine iba avanzando en esa vida, Caterina lloraba en silencio pues se veía reflejada en ella, pues tanto con el padre de Nadine como con su actual pareja, siempre ha llevado la carga familiar....tal es así que en broma suele decir, "siempre soy la dueña de las llaves del castillo y no las quiero".

N: Estoy cansada pero feliz.
T: Sigue avanzando.
N: El peso que llevo yo sola me empieza a pasar factura. Envejezco pronto. Estoy cansada.

Trabajó la muerte y entonces le volví a preguntar:

T: Fíjte bien, todo esto ¿cómo te afecta en tu vida como Nadine?
Y ahora sí que hizo todo un resumen muy esclarecedor.
N: Mi vida actualmente es todo lo contrario de la que acabo de revivir. Allí tenía paz, aquí no tengo un trabajo que me de paz ( en ese momento no se daba cuenta todavía de que es el trabajo interior lo que intentaba retomar en esta vida y le echaba la culpa a su trabajo). Este trabajo me crea estrés.
Allí era grande, tenía pareja e hijos pero no familia. Aquí soy más bien chiquitita, estoy sola aunque con familia.
Allí no tenía miedo, aquí sí tengo miedo.
Allí el peso del trabajo me pasó factura. Aquí estoy mejor físicamente....

Y así siguió, haciendo una comparativa de ambas vidas, que dicho sea de paso son totalmente opuestas.
Pero, ¿qué estaba intentando mostrarle su alma?

N: Resulta que podemos ayudar a los demás pero son ellos los que tienen que trabajarse ( otra vez vuelve al crecimiento interior). Mi hijo de aquella vida lo hizo, Dédalo no se está trabajando. Hay que ser valiente y consecuente.(Ojo con esto en su segunda regresión).Me siento triste. Tengo que dejarle.

Lo cierto es que podemos ver las cosas muy claras en un momento dado, pero solo el trabajo interior y el entendimiento nos podrán llevar por el camino que tanto ansiamos.
Al final le pregunté:
T: ¿ Qué esperas para tu vida futura?
N: No quiero tener miedo. Quiero ver retos y no problemas y deseo proyectar todo eso en los demás.

Y lo cierto es que su situación laboral mejoró.

Durante los días siguientes habló mucho con Caterina, y ambas sacaron conclusiones muy esclarecedoras de la terapia y de como le estaba afectando, pero sobre todo fue el inicio de un gran trabajo interior que Nadine está haciendo con la ayuda de Caterina, demostrando una gran valentía al enfrentarse a su pasado para mejorar su presente.
Durante los siguientes meses no pudo dejar a Dédalo y aunque al final las circunstancias la llevaron a la ruptura tan ansiada, ahora quedaba enfrentarse al desapego.

Naranjas
24 de Marzo de 2016

Dédalo vivía en otra parte del país y aunque separado de su esposa "de hecho", no había logrado tener la valentía y voluntad de solicitar el divorcio oficialmente por unos miedos que seguramente ni él mismo entendía, pero que para nosotras quedaron muy claras en la siguiente regresión.

En algunas mujeres se produce el hecho de que el folículo que recubre al óvulo y que en el proceso de maduración debería liberarlo, pues no lo hace. Y en algunos de esos casos ese óvulo no liberado se enquista, lo que provoca inflamación en los ovarios y un dolor bastante insoportable.
Pues bien, a Nadine le pasó la primera unos meses antes vez justo antes de venir de visita la última vez y "casualmente" volvió a pasarle ahora.
Tal estaba que no quería trabajar en regresión, pues se encontraba bastante dolida, aunque no lo suficiente como para no hacerlo.
Sin embargo, una vez más la sabiduría de Caterina la incitó a llegar hasta casa y una vez allí, esto fue lo que pasó.

T: Siente ese dolor. Fíjate bien, ¿a qué se parece ese dolor?
N: Como si fuera un aborto natural. Pero no aborto. Hay algo pequeñito dentro de mí.
T: ¿Cómo es eso pequeñito dentro de ti?.
N: Es como un niño. Me está chupando  toda la energía. Siento debilidad y mucho dolor.
(Y aquí está el embarazo traumático que comentaba el día de su primera regresión. ¡Qué les parece!)
T: Sigue.
N: Ahora voy de 7 meses, él es cada vez más fuerte y yo estoy cada vez más débil. Siento que cuando él nazca yo moriré.
T: ¿Cómo es eso?
N: Estoy en un campo de concentración. Hay mucha suciedad. Yo estoy mal.
T: Avanza un poquito más.
N: Está lloviendo. Yo estoy en el patio, sola. No quiero que salga.
T: ¿A qué se debe que no quieres que salga?
N: Porque dentro de mí, yo le puedo proteger.
T: Eso es, avanza un poquito más. ¿Qué está pasando?.
N: Que me muero.
T: ¿Ha nacido tu bebé?
N: No. Me muero antes de que nazca. Ya no me quedan fuerzas.
T: ¿Sientes las contracciones del parto?
N: No puedo sentirlas. Me he muerto.
T: ¿Qué pasa con tu bebé?
N: Hay dos hombres. Están preocupados por el bebé. Me rajan la barriga para sacarlo, pero yo no siento nada.
T: ¿Dónde estás tú?
N: Ahí, de pie, junto a mi cuerpo.
T: ¿Y qué ocurre ahora?
N: Sacan a mi hijo de mi cuerpo (fíjense que habla de "su cuerpo", no de ella). Mi hijo está gordito.
T: Y tú qué sientes?
N: Nada
T: ¿Qué hacen con el bebé cuando lo sacan?
N: Se lo llevan a su padre.
T: ¿Y tú, qué haces?
N: Me quedo con mi cuerpo. Lo dejan ahí tirado, en la suciedad, mojándose, solo. No es justo. Me quedo con él días, hasta que vienen a recogerlo.
T: Entonces, ¿qué haces tú?
N: Me voy. Ya estoy cansada de esta vida.
T: ¿ Y dónde vas tú?
N: Veo una luz y me voy hacia ella. Veo a un señor vestido de blanco con barba blanca. Ha venido a acompañarme.
T: ¿Dónde te lleva?
N: Aahhh (suspira). A un campo de Naranjos, verde, muy bonito y relajante. Aquí voy a sanarme de esta vida tan dura que he tenido.
T: Fíjate bien. ¿Quién es ese señor que ha venido a acompañarte?
N: Es mi abuelo de esta vida. El padre de mi padre. Pero sonríe más que cuando estaba aquí.
T: Claro, cuando no tenemos cuerpo y estamos en la luz, todo es más fácil y entendemos más, por eso es más fácil sonreir.
Y siguió trabajando,

T: Fíjate, ¿ a qué se debe que hayas pasado por una experiencia tan dura? ¿ Qué necesitabas aprender?
N (preguntando): ¿ A vivir sola? ¿ a aprender sola? ¿a poner por delante la vida de mi hijo?

Sin embargo, al trabajar el momento más traumático y sus reacciones, llegó a conclusiones más esclarecedoras.

N: El momento más traumático ha sido cuando me separé de mi hijo, cuando morí. El sentir el dolor continuo de que me faltan fuerzas. El dar una vida por otra.
T: Y en ese momento, ¿cuales son tus reacciones físicas?
N: Nada. Porque estoy muerta ( qué significativo y contradictorio a la vez, no?)
T: Y en ese momento, ¿cuales son tus reacciones emocionales?
N ( en vez de contestar a mi pregunta): pero...si es mi padre de ahora!!

Nadine manifestó enfado al darse cuenta de que aquel hijo por el que había dado la vida, era su padre de ahora.
N: En esta vida también me chupa la energía.
T: A ver, repite eso.
Y lo repitió hasta tres veces. Es importante que el paciente sea consciente de algo tan importante como que le están chupando su energía vital. Tengan en cuenta que para ella todo lo que su padre le había hecho a lo largo de su vida actual no tenía importancia pues, o bien lo enmascaraba tras algo de lo que había que reirse o bien lo justificaba como algo sin importancia.

Insisto, primero hay que sentir y luego banalizar y por supuesto perdonar, pero tras su superación y aprendizaje.

Fíjense que tras esto, cuando le volví a preguntar qué le hacía hacer todo esto en su vida como Nadine,
N: Me hace ayudar, pero tengo que ayudarme a mí primero. No puedo dar toda mi energía para que los demás estén muy bien y yo me muera. Tengo que aprender a repartir mi energía entre ellos y yo.

Y cuando le pregunté:
T: Y todo esto, ¿qué te impide hacer en tu vida como Nadine?
N ( Atención): Me impide ser madre. Me quita las ganas de ser madre.

¿Y qué hacía Nadine para impedir ser madre en esta vida actual? Pues impedir la maduración correcta de su óvulo. Y ¿qué hacía su alma?. Pues la dejaba hacer, pero siempre en víspera de venir a la regresión, porque de alguna manera sabía que podría sanar ese pasado, si mostraba un hilo conductor de la experiencia.

Más tarde también reconoció que tenía la sensación de que los hombres obtenían de ella lo que querían y luego la desatendían. ¿Será su sensación por esa falta de equilibrio al entregar su energía?

Habló con el alma de su padre y le dijo parte de las cosas que llevaba tanto tiempo sin manifestar. Aunque también somos conscientes de que ese tema volverá a salir cuando ella esté preparada, pues de hecho no logró perdonarle por todo lo que le ha hecho en esta vida.
Sin embargo no perdamos de vista que aquellas personas muy cercanas que nos hacen daño, están ahí también para ayudarnos a aprender y qué mejor forma que haciéndonos ver que lo estamos haciendo mal.
Nadine entregó toda su energía vital a su hijo hasta su propia muerte. ¿qué hubiera pasado si se hubiera reservado un poquito para ella misma?
Esta es una de sus lecciones a aprender en esta vida y lo más bonito es que está en el camino de hacerlo.
No estamos hablando de egoísmo, ni de no ayudar a nadie. Al contrario, estamos hablando de mantener el equilibrio en la ayuda. Quizás, quién sabe, se esté preparando para una vida futura de ayuda a los demás...y uno de los  requisitos imprescindible para ello es el equilibrio entre lo que doy y lo que me doy a mí misma.

Pero, ¿y Dédalo??? ¿qué ha sido de él?
Cada día me sigue sorprendiendo cuánto se puede aprender con una sola sesión, si estamos preparados para ello. Si no esperamos un milagro de esta terapia, sino una guía en nuestro trabajo interior de entendimiento.

Envuelta ya en un rayo de luz, le pregunté:
T: Fíjate bien, voy a contar a tres y al llegar a tres tendrás delante de ti el alma del padre de tu hijo en aquella vida. 1, 2...3
N: ¡Anda! Es Dédalo (así directamente)
T: ¿Pregúntale qué pasó?
N: Ah, ya lo sé. Nosotros éramos alemanes, pero yo era judía y me encerraron en un campo de concentración cuando ya estaba embarazada. Él no pudo hacer nada, ni siquiera lo intentó, no tuvo la valentía de luchar por mí. Tenía miedo. (Hay que ser valiente y consecuente. Decía en su primera regresión).
Qué claro lo tenía Nadine en ese momento, sin embargo, cuando ya terminada la terapia lo relacionó con la actitud de Dédalo en su vida actual, le disculpó diciendo.
N: Claro, es que si hubiera luchado por mí habría muerto.

Y sí, seguramente que hubiera sido así, pero ¿está Dédalo repitiendo patrón en esta vida, aunque de forma mucho menos traumática?. ¿Decidió volver a encontrarse con Nadine para enmendar el pasado y aprender a ser valiente?. Porque todo, todo lo hemos barajado antes de venir y nada pasa por casualidad.

No entiendan esto como que estamos juzgando la actitud de alguien, para nada, no es esa la intención al hacer consciente lo inconsciente. No me cansaré de repetir que todos hemos sido víctimas y victimarios. Todos, así que nadie estamos en condiciones de juzgar a nadie y menos yo.
Sencillamente todo esto pone de manifiesto lo que ha ocurrido, y como eso puede afectarnos a nuestra vida para mejorarla, al tomar consciencia de algo que sentimos y que no entendemos, y sobre todo cuando no comprendemos el por qué actuamos de determinada manera.
Como terapeuta y para seguir investigando, siento una especial atracción a trabajar en terapia regresiva con Dédalo, pero...¿es eso lo que decidimos antes de venir?...

Como anécdota diré, que mientras estaban juntos ambos decidieron ir a Berlín de viaje. Por supuesto que ninguno sabía entonces qué les había unido en un pasado. Entonces, ¿por qué sus almas les iban a llevar a ese viaje?
Pues porque antes de venir nos vamos poniendo "despertadores" como decía Stella Maris en su libro "El laboratorio del alma".
Nos ponemos despertadores que remueven nuestras las emociones, dándonos así la oportunidad de trabajarlas y sanarlas.
¿Y cómo lo hacemos, cómo las trabajamos?
Pues, sentándonos, interiorizando y preguntando a nuestro yo interior, tantas veces como haga falta ¿qué tengo que aprender o qué tengo que sanar con esto que me está pasando? y será el tiempo y el trabajo interior el que nos muestre la respuesta.

Nadine está haciendo un magnífico trabajo.
Me admira que siendo tan joven esté siendo tan valiente y desde estas líneas solo quiero decirte Nadine...
que es la soledad la que forja maestros,
que no desistas pues en el camino está la recompensa,
que me siento muy afortunada porque en su día decidieras compartir conmigo estas experiencias,
Y que... muchas gracias desde lo más profundo de mi corazón a todos y cada uno de vosotros, pues sois vosotros los que me mostráis a mí el camino de mi propio aprendizaje.



Por cierto, Nadine mejoró de su dolencia y tres días después pudo salir a comer y bailar con Caterina y su familia.

Fina Navarro
30 de Marzo de 2016.
viajerosdeluz@gmail.com

Pronto hará un año de la primera terapia de Nadine, aquella donde quería solucionar sus problemas en el trabajo y hoy en día, goza de una salud excelente en sus relaciones profesionales, se lleva bien con los compañeros, los jefes la tienen valorada y está contenta.
Menos tiempo ha pasado de su segunda terapia donde quería solventar, entre otras cosas, su relación con Dédalo y, por fin ha tenido la fortaleza de dejar esa relación, pero es casualidad que lo haya hecho tras SANAR su experiencia en aquella vida donde tuvo un embarazo muy traumático.
¿Es posible que Dédalo solo hubiera aparecido en su vida como un "despertador" de lo que ella tenía que sanar de otra vida?
Todo apunta a que sí.

Fina Navarro
20 de Junio de 2016

viernes, 8 de abril de 2016

¿Qué hay detrás de un comprador compulsivo??

Qué hay detrás de un comprador compulsivo?
Un vacío existencial, una falta de autoestima, un abandono, una violación, una vida pasada...???
Es evidente que siempre hay algo detrás.

Cuando  una persona con este trastorno llega a la terapia regresiva, es porque ya ha probado todo lo probable y no ha conseguido los resultados que esperaba.
Así que decide venir a consulta como si de un curandero se tratara, esperando un verdadero milagro y, la verdad y bajo un toque de humor, milagros no se hacen todos los días.

Bromas aparte, pues no es mi intención quitar importancia a un caso tan agobiante, estresante y preocupante como este trastorno, la terapia regresiva puede ayudar a encontrar la causa de este trastorno pero, en última instancia, siempre es el paciente el que tiene que hacerlo consciente y "trabajarlo" sí o sí.

Voy a utilizar un caso para ver hasta qué punto se puede llegar al origen de un trastorno de compra compulsivo en tan solo dos horas y media de sesión con la terapia regresiva.

Noviembre 2015

Cuando esta mujer llegó a casa ya me había contado algo sobre su caso, sin embargo no me imaginé cual era el origen.
Fue contando su historia, con trazos de angustia, de culpabilidad, de impotencia, saltando de acá para allá sin concretar demasiado hasta que le pregunté...

T: De todo esto que acabas de revivir, ¿cuál ha sido para ti el momento más traumático?
P (Paciente): Cuando nací (¡sorpresa!!, era la primera vez que hablaba de su nacimiento)
T: A ver, ¿cómo es eso? (aprovecho el momento para profundizar en la experiencia)
P: Tenía que haber sido un hombre y nací mujer. Me decían que tenía la boca grande y fea.
T: Y en ese momento ¿cuáles son tus reacciones físicas?
P: Siento agresividad contra mi madre (fue su madre la que le decía que era fea y tenía la boca grande)
T: Y en ese momento, ¿cuáles son tus reacciones emocionales?
P: Llorar
T: Y en ese momento, ¿ cuáles son tus reacciones mentales?
P: Me siento muy mal y frustrada comparada con una hermana mía.
T: Fíjate bien, en todo esto de "me dicen que tenía que haber sido hombre, y que tenía la boca grande y fea", "siento agresividad" y "lloro" y "me siento frustrada"...todo esto ¿qué te hace hacer en tu vida?
P: Comprar para sentirme bien y para que los demás me vean bien (¡ahí está!)
T: Y todo esto ¿qué te impide hacer?
P: Me hace vivir una mentira para que los demás vean que soy feliz. Y yo quiero ser feliz por mí misma. Siento que no sirvo para nada. Que no hago nada bien.

Trabajó el perdón, y es entonces cuando detecta que también su marido y sus hijos la hacían sentir como que no valía para nada, lo que la llevaba a profundizar el estado de compra compulsiva.

Llegó a la conclusión de que lo que tenía era falta de autoestima y por eso compraba.


Acabada la sesión hablamos sobre qué tendría que hacer para evitar sentirse tan poco válida. Le apunté unas frases que tendría que repetirse. Lo que tendría que decir a su marido y sus hijos cuando la hicieran sentirse mal, como:
"Todos somos iguales. Ni vosotros sois más que yo, ni yo más que vosotros."
" Soy tan válida como cualquiera"
" Me gusto como soy"...

Le mostré técnicas de respiración y relajación para cuando tuviera el impulso de la compra.

Pero...no hizo nada.

Ojalá, cinco meses después, pudiera decir que dio resultado, pero no fue así y, como terapeuta lo siento profundamente, pues esta terapia sirve para descubrir cosas más rápidas que otras, sin embargo, en la mayoría de ocasiones se debe de acompañar de un trabajo interno de la persona y de seguimiento por parte del terapeuta, siempre que nos den esa opción, que no fue el caso.

Como humana, me pregunto si podría haber hecho algo más en las únicas dos horas y media que vi a esta mujer en mi vida, pero analizando el caso, he llegado a la conclusión de que:

La terapia regresiva a veces puede resultar "milagrosa", sin embargo, en la mayoría de los casos hay que trabajar en nuestro interior con lo que hemos descubierto en la regresión y con alguien que nos ayude a "entenderlo", sea éste un psicólogo, un terapeuta regresivo, o uno de Gestalt , o una amiga o amigo de confianza, o un profesional que haga constelaciones familiares, o...en definitva, buscar y estudiar, no tirar nunca la toalla y siempre, trabajar el interior.

La vida es un gran puzzle donde nuestras vidas se entremezclan, pero todo ha sido puesto ahí por algún motivo.
Seguramente que uno de los aprendizajes de esta mujer en esta vida sea elevar su autoestima y por ello eligió a esa madre, a ese marido y a esos hijos, para que se lo recordaran con su actitud hacia ella, y hasta que ella no lo trabaje en su interior, seguirá sufriendo esa falta de valía.

Hay dos cosas que puedo hacer hasta que decida volver, si es que lo hace algún día,
una de ellas es pedir por ella, para que...si así lo desea su alma, pueda encontrar el camino de la luz,
la otra es recomendarle otras terapias por si le diesen mejor resultado.
Y ya he hecho ambas cosas, pues siempre hay que hacer todo lo que esté en nuestra mano por la persona que confió en nosotros, aunque sea recomendarle a otro terapeuta u otra terapia.
Siempre hay que velar por el paciente, a pesar de que eso suponga ser juzgados.

Para mí es un gran aprendizaje el que acabo de recibir, pues he meditado e interiorizado esta gran lección, que me servirá de ejemplo para quien pueda llegar con un caso similiar.
Y para terminar en clave de humor, tal y como empecé, realmente cuando el maestro nos entrega el título de terapeuta regresivo es como si nos dijeran, " bien, ahora sal ahí fuera y aprende".

Fina Navarro
7 de Abril de 2016
viajerosdeluz@gmail.com
viajerosdeluz.blogspot.com.es