viernes, 8 de abril de 2016

¿Qué hay detrás de un comprador compulsivo??

Qué hay detrás de un comprador compulsivo?
Un vacío existencial, una falta de autoestima, un abandono, una violación, una vida pasada...???
Es evidente que siempre hay algo detrás.

Cuando  una persona con este trastorno llega a la terapia regresiva, es porque ya ha probado todo lo probable y no ha conseguido los resultados que esperaba.
Así que decide venir a consulta como si de un curandero se tratara, esperando un verdadero milagro y, la verdad y bajo un toque de humor, milagros no se hacen todos los días.

Bromas aparte, pues no es mi intención quitar importancia a un caso tan agobiante, estresante y preocupante como este trastorno, la terapia regresiva puede ayudar a encontrar la causa de este trastorno pero, en última instancia, siempre es el paciente el que tiene que hacerlo consciente y "trabajarlo" sí o sí.

Voy a utilizar un caso para ver hasta qué punto se puede llegar al origen de un trastorno de compra compulsivo en tan solo dos horas y media de sesión con la terapia regresiva.

Noviembre 2015

Cuando esta mujer llegó a casa ya me había contado algo sobre su caso, sin embargo no me imaginé cual era el origen.
Fue contando su historia, con trazos de angustia, de culpabilidad, de impotencia, saltando de acá para allá sin concretar demasiado hasta que le pregunté...

T: De todo esto que acabas de revivir, ¿cuál ha sido para ti el momento más traumático?
P (Paciente): Cuando nací (¡sorpresa!!, era la primera vez que hablaba de su nacimiento)
T: A ver, ¿cómo es eso? (aprovecho el momento para profundizar en la experiencia)
P: Tenía que haber sido un hombre y nací mujer. Me decían que tenía la boca grande y fea.
T: Y en ese momento ¿cuáles son tus reacciones físicas?
P: Siento agresividad contra mi madre (fue su madre la que le decía que era fea y tenía la boca grande)
T: Y en ese momento, ¿cuáles son tus reacciones emocionales?
P: Llorar
T: Y en ese momento, ¿ cuáles son tus reacciones mentales?
P: Me siento muy mal y frustrada comparada con una hermana mía.
T: Fíjate bien, en todo esto de "me dicen que tenía que haber sido hombre, y que tenía la boca grande y fea", "siento agresividad" y "lloro" y "me siento frustrada"...todo esto ¿qué te hace hacer en tu vida?
P: Comprar para sentirme bien y para que los demás me vean bien (¡ahí está!)
T: Y todo esto ¿qué te impide hacer?
P: Me hace vivir una mentira para que los demás vean que soy feliz. Y yo quiero ser feliz por mí misma. Siento que no sirvo para nada. Que no hago nada bien.

Trabajó el perdón, y es entonces cuando detecta que también su marido y sus hijos la hacían sentir como que no valía para nada, lo que la llevaba a profundizar el estado de compra compulsiva.

Llegó a la conclusión de que lo que tenía era falta de autoestima y por eso compraba.


Acabada la sesión hablamos sobre qué tendría que hacer para evitar sentirse tan poco válida. Le apunté unas frases que tendría que repetirse. Lo que tendría que decir a su marido y sus hijos cuando la hicieran sentirse mal, como:
"Todos somos iguales. Ni vosotros sois más que yo, ni yo más que vosotros."
" Soy tan válida como cualquiera"
" Me gusto como soy"...

Le mostré técnicas de respiración y relajación para cuando tuviera el impulso de la compra.

Pero...no hizo nada.

Ojalá, cinco meses después, pudiera decir que dio resultado, pero no fue así y, como terapeuta lo siento profundamente, pues esta terapia sirve para descubrir cosas más rápidas que otras, sin embargo, en la mayoría de ocasiones se debe de acompañar de un trabajo interno de la persona y de seguimiento por parte del terapeuta, siempre que nos den esa opción, que no fue el caso.

Como humana, me pregunto si podría haber hecho algo más en las únicas dos horas y media que vi a esta mujer en mi vida, pero analizando el caso, he llegado a la conclusión de que:

La terapia regresiva a veces puede resultar "milagrosa", sin embargo, en la mayoría de los casos hay que trabajar en nuestro interior con lo que hemos descubierto en la regresión y con alguien que nos ayude a "entenderlo", sea éste un psicólogo, un terapeuta regresivo, o uno de Gestalt , o una amiga o amigo de confianza, o un profesional que haga constelaciones familiares, o...en definitva, buscar y estudiar, no tirar nunca la toalla y siempre, trabajar el interior.

La vida es un gran puzzle donde nuestras vidas se entremezclan, pero todo ha sido puesto ahí por algún motivo.
Seguramente que uno de los aprendizajes de esta mujer en esta vida sea elevar su autoestima y por ello eligió a esa madre, a ese marido y a esos hijos, para que se lo recordaran con su actitud hacia ella, y hasta que ella no lo trabaje en su interior, seguirá sufriendo esa falta de valía.

Hay dos cosas que puedo hacer hasta que decida volver, si es que lo hace algún día,
una de ellas es pedir por ella, para que...si así lo desea su alma, pueda encontrar el camino de la luz,
la otra es recomendarle otras terapias por si le diesen mejor resultado.
Y ya he hecho ambas cosas, pues siempre hay que hacer todo lo que esté en nuestra mano por la persona que confió en nosotros, aunque sea recomendarle a otro terapeuta u otra terapia.
Siempre hay que velar por el paciente, a pesar de que eso suponga ser juzgados.

Para mí es un gran aprendizaje el que acabo de recibir, pues he meditado e interiorizado esta gran lección, que me servirá de ejemplo para quien pueda llegar con un caso similiar.
Y para terminar en clave de humor, tal y como empecé, realmente cuando el maestro nos entrega el título de terapeuta regresivo es como si nos dijeran, " bien, ahora sal ahí fuera y aprende".

Fina Navarro
7 de Abril de 2016
viajerosdeluz@gmail.com
viajerosdeluz.blogspot.com.es

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